Por Luis Gerardo Martínez García
Los momentos críticos de desastre en el norte del estado de Veracruz han puesto a prueba al gobierno de la Cuarta Transformación, como para poner un alto a la politiquería reaccionaria de gente identificada con el PRI, el PAN y MC que, desde la comodidad de su oficina con aire acondicionado, de la cafetería, desde sus redes sociales o su casita critican el trabajo que lleva a cabo la presidenta Claudia Sheinbaum, la gobernadora Rocío Nahle y sus gabinetes.
La transformación no queda en el discurso. Desde el momento en que se dio alerta de la contingencia, la parte gubernamental se dio a la tarea de atender personalmente la situación. La gobernadora tiene presencia en Poza Rica, y comunicación con todos los municipios afectados. Se le sumó, en concordancia con el gobierno de la 4T la presidenta Claudia Sheinbaum con toda su estrategia de atención ante contingencias de esta naturaleza.
La acción es uno de los principios de la Cuarta Transformación: “gobernar a raz de piso”, afirmó Andrés Manuel López Obrador, “Más territorio, menos escritorio”. Esa narrativa dio las bases para los compromisos de quienes ahora ostentan el poder, no quedarán en palabras sin sentido; más bien las palabras de la Transformación deben ir acompañadas de contexto para que cobren sentido y lleven a la acción.
Más allá de sus actividades habituales, quienes trabajan en el gobierno que encabeza Rocío Nahle, sin poses ni necesidad de selfies, dejaron a sus familias y la comodidad de sus vidas para apoyar a las familias veracruzanas del norte. La gente ya está harta de ese historial del político, corrupto, ineficaz, déspota, distante, que ni escuchaban ni atendían a nadie; la gente se cansó. Ahora que el gobierno está respondiendo diferente, molesta a los políticos tradicionales y quieren opacar toda acción. Sin embargo, la acción de la cuarta transformación es garante de un gobierno diferente.
Que les quede claro: la Transformación también es acción.