Jorge Romero celebró que en otros países la derecha y la ultra no estén tan reducidas en escaños y poder como lo están en México.
POR: Staff Sin Línea
La victoria del ultraderechista chileno José Antonio Kast en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales provocó reacciones inmediatas en distintos países de la región, entre ellas la del dirigente panista Jorge Romero, quien celebró públicamente el resultado y auguró que la ultraderecha logre salir de la pequeñísima minoría que representa.
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A través de un mensaje difundido en redes, Romero felicitó al presidente electo de Chile y aseguró que el avance de fuerzas conservadoras y de derecha en América Latina “también ocurrirá próximamente en México”.
Jorge Romero felicita a José Antonio Kast
Las declaraciones del político mexicano se dieron en un contexto de alta polarización regional, donde los procesos electorales en distintos países han reconfigurado el mapa ideológico y han abierto debates sobre seguridad, migración, derechos sociales y el papel del Estado.
El triunfo de Kast, con una diferencia contundente sobre su adversaria de la centroizquierda, fue interpretado por sectores conservadores como una señal de cambio de rumbo en Chile tras 4 años de un supuesto gobierno progresista.
En su mensaje, Jorge Romero expresó su respaldo al líder del Partido Republicano chileno y celebró lo que calificó como un “gran triunfo” en las urnas.
“Felicitamos a @joseantoniokast por su gran triunfo en las elecciones presidenciales de Chile y le deseamos todo el éxito para conducir a su país por la senda de la paz y la prosperidad”, escribió el panista.
Romero añadió que cada vez son más los países de la región que optan por valores como “la defensa de la patria, la familia y la libertad”, una narrativa recurrente en los discursos de la ultraderecha latinoamericana. En ese mismo mensaje, aseguró que esa tendencia política se replicará en México, al afirmar:
“Lo mismo ocurrirá próximamente en México”.
Ultraderechista gana elecciones presidenciales en Chile
José Antonio Kast se convirtió en presidente electo de Chile tras obtener el 58.1 por ciento de los votos en la segunda vuelta electoral, frente al 41.8 por ciento alcanzado por la candidata de la centroizquierda, Jeannette Jara. Con una participación del 85 por ciento del padrón electoral, Kast logró 7.2 millones de sufragios, superando por más de dos millones a su contendiente e imponiéndose en todas las regiones del país.
El nuevo mandatario, abogado de 56 años y de formación católica conservadora, asumirá el cargo el 11 de marzo de 2026 por un periodo de cuatro años.
Durante su discurso de victoria en Santiago, Kast hizo énfasis en su religiosidad y aseguró que su gobierno buscará “restablecer el orden” y el respeto irrestricto a la ley en todo el territorio chileno. Entre sus planteamientos destacó la creación de un registro de “vándalos” y la aplicación estricta de sanciones a quienes cometan actos de violencia o destrucción, así como la corresponsabilidad de padres en delitos cometidos por menores.
No obstante, también reconoció que tendrá dificultades para cumplir plenamente sus promesas en temas complejos como la inmigración ilegal y el combate al crimen organizado. Tras conocerse los resultados, el presidente saliente Gabriel Boric llamó a Kast para felicitarlo y acordaron reunirse en el Palacio de La Moneda, en un gesto institucional habitual en la política chilena.
Por su parte, Jeannette Jara reconoció la derrota y anunció que la centroizquierda ejercerá una oposición “propositiva y firme”, enfocada en la defensa de los derechos sociales, las conquistas laborales, los derechos de las mujeres y el respeto a los derechos humanos. Llamó además a la autocrítica y a la reconstrucción de su sector político, con el objetivo de volver a ser alternativa de gobierno en el futuro.
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