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Por: Mario Evaristo González Méndez
Es propio al paladar probarlo todo
a riesgo de morir por ese modo;
es justo a la razón dudar un poco
y es cosa del amor saberlo todo.
Entre amores y razones no hay cordura
y juzgamos sus andares de locura,
es lo mismo para algunos aventura
lo que a otros viene a ser divina cura.
El tiempo y el espacio: ilusiones.
Escenario de obscenas ocasiones,
abono de infames excepciones,
una danza de múltiples versiones.
Los amantes encarnan todo tiempo,
renunciando a hacer de sí un pasatiempo.
Echando la ansiedad del contratiempo,
se rinden al misterio de lo eterno.
Es fácil desechar el argumento
invocando como ley conocimiento;
es terco encadenar el sentimiento,
para hacerlo caber en pensamiento.
Hay quien sólo piensa y es respetado,
hay quien sólo siente y es admirado;
pocos hay que de arte olvidado:
ser pensante y enamorado.
Bello regalo del Buen Creador,
forma infalible del Bien mayor:
quien bien ama piensa mejor
quien bien piensa hace el Amor.