La nostalgia de no verte…

Por: Rafael Aguirre Cardoza*

Estamos próximos a despedir el año 2020, un año sin duda de muchos cambios en todas nuestras vidas y al que de una manera u otra nunca le dimos la formal bienvenida.

Vimos con asombro como en otros países del mundo una pandemia llamada COVID 19 hacia estragos en sus pobladores, en personas empoderadas económicamente y también en aquellos que nada tenían, nunca nadie imaginó cuál sería el comportamiento de esta epidemia en nuestro país.

Iniciamos el año 2020 con buenos propósitos como siempre, pero ahora tuvimos el mejor de los pretextos para justificar que no los pudimos cumplir a cabalidad, en la gran mayoría de las personas aún no cabe la idea de haber perdido a más de un ser querido, amigos, conocidos, parientes y hasta compañeros de esta lucha, que dieron sus vidas por hacerle frente a este terrible virus. 

Hoy se les extrañará, seguramente que sí, esta vez, en los hogares donde falte algún ser querido quedará un lugar vacío en las mesas y se extrañarán las risas, bromas, consejos y buenos deseos que todavía el año anterior les habían hecho al momento del brindis en las fiestas decembrinas.

En todos lados existirá esa nostalgia y tristeza por lo que está ocurriendo con esta pandemia, se han hecho grandes esfuerzos por que las personas que ahora estarán de fiesta sigan cuidando su salud, esa salud que tal parece importa más al personal que labora en los hospitales que a las propias personas, ya que por todos lados vemos plazas públicas concurridas a más de lo que marca el aforo según el semáforo de la contingencia, los antros, como muchos jóvenes de onda le llaman abriendo sus puertas a diestra y siniestra sin observar apenas las mínimas medidas preventivas y total si no traes el cubrebocas, pagas una “propina adicional” porque te dejen entrar a intoxicarte con cualquier tipo de bebidas embriagantes,  en muchos supermercados en definitiva no existe a estas alturas una persona que controle el acceso a los mismos, entran en desbandadas familias completas que se reúnen en el interior de las tiendas evadiendo una supuesta vigilancia que nunca estuvo presente y de todo esto la autoridad competente simplemente brilla por su ausencia.

Mientras tanto en la mayoría de los hospitales de esta ciudad y de todo el país, las camas comienzan a agotarse nuevamente, los ventiladores ya ni se diga, cada vez menos y cada vez más personas que los necesitan, todos aquellos que nunca tuvieron las debidas precauciones y que salieron a “celebrar” los eventos comerciales como el “buen fin” están ahí donde creo nunca se imaginaron estar, en una cama de hospital, con dificultad para respirar y debatiéndose entre la vida y la muerte, pero como dice el refrán popular “el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe”.

Con todo y que el año 2020 haya sido un año diferente para todo el mundo, nos está dejando una gran enseñanza y sobre todo una madurez nunca antes alcanzada, por que quien les escribe amables lectores tiene ese gran deseo, que esta pandemia nos haga cambiar en nuestras actitudes, que nos permita ser mejores personas y que aprendamos a entender que de nada sirven las riquezas si la vida no se tiene y que de nada sirve celebrar las fiestas que se avecinan si antes no anteponemos salvaguardar la salud y la vida de nuestros seres queridos, de nuestros padres, hermanos y demás familia que seguramente este año añorará no poderse reunir con sus consanguíneos en la calidez de un hogar en donde habrá sonrisas pero que en otros definitivamente rodarán lagrimas recordando a los que este año no levantarán sus copas y brindarán para desearles a todos lo mejor en lo por venir.

Aprovecho la ocasión para felicitar al Maestro Luis Gerardo Martínez García por la puesta al aire de su nueva estación de radio digital felicitación que hago extensiva para todo su equipo de colaboradores también.

*Dr. Rafael Aguirre Cardoza, médico Gastroenterólogo endoscopista.