El gobierno de México exigió a Perú que permita la salida de la exministra Betssy Chávez como lo marca la convención de Caracas.
Staff Sin Línea 23 noviembre, 2025
Las declaraciones del presidente de facto de Perú, José Jerí, encendieron una nueva fase de tensión diplomática entre Lima y México, luego de que afirmó que no descartaba ordenar el ingreso de fuerzas peruanas a la embajada mexicana para detener a la ex primera ministra Betssy Chávez, asilada en ese recinto. Aunque horas después su propio Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que Perú respetará las inmunidades diplomáticas, incluida la inviolabilidad de la sede mexicana.
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Sin embargo, la tensión persiste debido al tono y alcance de las amenazas iniciales del mandatario, comparadas de inmediato con el asalto ejecutado por Ecuador contra la embajada mexicana en Quito en abril de 2024.

El anuncio de la cancillería peruana no disminuyó del todo las alarmas, sobre todo tras la reciente ruptura de relaciones bilaterales y las reiteradas críticas que Jerí ha dirigido hacia el gobierno de México. La situación mantiene un clima de incertidumbre mientras el gobierno mexicano espera el salvoconducto que permita la salida de Chávez hacia territorio nacional, tal como establece la Convención de Caracas.
Amenazas del presidente de facto de Perú
En entrevista con el diario El Comercio, José Jerí afirmó que no se limitaría ante ninguna posibilidad para cumplir la sentencia judicial emitida contra Betssy Chávez, quien recibió cinco meses de prisión preventiva. Interrogado sobre si tomaría una acción similar a la del presidente ecuatoriano Daniel Noboa, cuya irrupción en la embajada mexicana en Quito derivó en el secuestro del exvicepresidente Jorge Glas, Jerí fue categórico:
“No me limito y, si tiene que ingresarse a la embajada mexicana, se hará”, sostuvo.
Añadió que, si Chávez sale de la sede diplomática, sería capturada de inmediato por la policía peruana, que permanece desplegada en el perímetro. Señaló que aún no ha discutido con su gabinete las medidas concretas a tomar, pero insistió en estar “abierto a todo tipo de posibilidades”, pese a los compromisos internacionales que obligan a Perú a respetar la inviolabilidad diplomática.

Jerí llegó al poder sin elección popular, tras haber sido presidente del Congresoy asumir la jefatura del Ejecutivo en sustitución de la mandataria de facto Dina Boluarte, destituida el 10 de octubre pasado. Las críticas a su gobierno se han intensificado desde que México otorgó asilo a Betssy Chávez, quien fue primera ministra durante la administración del depuesto presidente Pedro Castillo.
Perú alega que el asilo fue “indebido”, argumentando que Chávez enfrenta delitos comunes y no persecución política. Jerí rechazó las acusaciones de autoritarismo y afirmó que en Perú “nadie es perseguido” y que solo cumple con la Constitución.
Cuestionado sobre la posibilidad de que gobiernos latinoamericanos reaccionen en caso de un asalto a la embajada mexicana, como advirtió el presidente colombiano Gustavo Petr, Jerí respondió:
“A palabras necias, oídos sordos”.

Ministerio del Exterior reafirma respeto a la embajada mexicana
Tras el revuelo por las declaraciones del presidente de facto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú comunicó que respetará plenamente las inmunidades de México, incluida la inviolabilidad de sus inmuebles, archivos y residencias diplomáticas, conforme a las Convenciones de Viena de 1961 y 1963.
Por su parte, México reiteró la solicitud de un salvoconducto para Chávez, quien es reconocida oficialmente como asilada política bajo la Convención de Caracas de 1954. La Secretaría de Relaciones Exteriores enfatizó que corresponde al país asilante determinar la condición del solicitante, por lo que Perú está obligado a permitir su traslado seguro fuera del territorio.

A pesar de este posicionamiento formal, la tensión diplomática continúa, alimentada por el discurso confrontativo del presidente Jerí y la incertidumbre sobre las acciones que podría tomar su gobierno en los próximos días.
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