Por: Luis Hernández Navarro
Dos años y casi tres meses después de obtener su libertad, Elba Esther Gordillo está de vuelta en la política nacional. El pasado 20 de octubre, el Instituto Nacional Electoral otorgó el registro al partido familiar de la maestra: Redes Sociales Progresistas (RSP).
Ciertamente, aún hay nubarrones que podrían empañar su retorno triunfal a la política institucional. Un juez de control dio 72 horas a Fernando González, presidente del nuevo partido y yerno de la maestra, para que presente el acta de la asamblea en la que fue electo, en sustitución de Juan Iván Peña Nader, el anterior dirigente a quien destituyeron. Si el yerno no presenta el documento, será vinculado a proceso.
Juan Iván, fundador del nuevo partido, fue destituido hace un año, acusado de maltrato a líderes estatales y de pedir dinero a empresarios a cambio de futuras candidaturas. A su vez, Peña Nader organizó una reunión para ser ratificado en el cargo y denunció a Fernando González de amenazas.
Juan Iván es un polémico abogado ligado a casineros, especialmente a Luis Carlos Urzúa, antiguo priísta dueño del casino Abu Dhabi. Juntos organizaron la asamblea para conseguir el registro de RSP en Nuevo León, con abundante financiamiento. Según Peña Nader, Fernando González falsificó la destitución de Juan Iván, comprando la firma de Gerónimo Escuinca y falsificando la de Rafael Ortiz Cárcamo. Arabela Ochoa, hija del ex secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Rafael Ochoa, les certificó la maniobra.
RSP fue, desde su fundación, un matrimonio por conveniencia entre Elba Esther y Peña Nader. Según el abogado, su partido era afín a Morena, pero con una orientación de centroderecha. La gota que derramó el vaso y precipitó el divorcio entre ambos fue la decisión de la maestra de tomar el control completo del partido una vez que fracasó en su intento de recuperar desde arriba el SNTE. Visiblemente molesta con su antiguo aliado Esteban Moctezuma, porque éste decidió seguir usando los servicios de Alfonso Cepeda al frente del gremio, se lanzó a controlar completamente el partido.
Desde que se encontraba en prisión domiciliaria, Elba Esther diseñó una estrategia política que conoce bien. Buscó aliarse a Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República y caminó organizativamente en dos pies: el partidario, con RSP, y el sindical, a través de la corriente Maestros por México (MxM), en la que puso al frente a su compadre jalisciense Tomás Vázquez Vigil.
Su objetivo ha sido, siempre, recuperar el control del SNTE, que perdió cuando cayó en la cárcel. Nunca lo ocultó. En una reunión pública celebrada el 7 de abril de 2019, en Puebla, declaró que tenía sed de justicia, y criticó a la dirigencia del SNTE, a la que calificó de ilegítima, mediocre, pequeña e ignorante. Encarrerada, dijo que la reforma educativa de la 4T era una reformita con ineficiencias y deficiencias, la misma gata, pero revolcadita.
Desde ese momento, la relación entre el secretario Moctezuma y la maestra se tensó más. Aunque Elba cuenta con el apoyo de personajes tan importantes en el obradorismo como Marcelo Ebrard (una de sus viejas debilidades) y Julio Scherer, su fuerza no le alcanzó para operar un regreso triunfal al sindicato. Decidió entonces quedarse con el partido para ella y su familia y dio el golpe de mano para deshacerse de Peña Nader y sus aliados.
La maestra comenzó a construir una relación cercana con el obradorismo antes de los comicios de 2018. Fue público el apoyo que brindó a la candidata de Morena la gubernatura del estado de México, Delfina Gómez, en 2017. Su operador Rafael Ochoa llamó a los docentes a votar por Delfina. Su nieto René Fujiwara se unió a la campaña de AMLO. El 10 de febrero de 2018, en un multitudinario acto en Zacatecas, López Obrador suscribió con los gordillistas el Acuerdo para la transformación de la educación en México. Figuras del entorno cercano de Elba Esther fueron incorporadas a las listas parlamentarias de Juntos Haremos Historia.
Concentrada en tomar los hilos de RSP y delicada de salud, Elba Esther perdió el control de MxM. Gordillo impulsó el proyecto junto a un grupo de viejos líderes sindicales afines a ella –como Tomás Vázquez, Rafael Ochoa, Moisés Jiménez, Ricardo Aguilar Gordillo, Enrique Menéndez y Dominga Escobar–, conocido como Los diez fantásticos.
Sin embargo, muchos de esos dirigentes se alejaron silenciosamente del proyecto de Elba, porque ella se volcó a construir un partido familiar. Rafael Ochoa gira en la órbita de Ricardo Monreal. Moisés Jiménez formó Podemos, partido estatal en Hidalgo. Aguilar Gordillo opera con varios diputados de Morena, y gravita alrededor de Mario Delgado. Incluso Tomás Vázquez, el dueño de la franquicia de MxM, se ha autonomizado de su comadre. Ninguno de ellos tiene, sin embargo, las relaciones por arriba que la maestra ha construido con la 4T.
Sin nexos con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (que no quiere nada con Elba o con los suyos), con una influencia muy precaria dentro del SNTE y con el desgranamiento de MxM, el futuro sindical de la maestra parece poco promisorio. Le queda, en cambio, si no sucede algo en el camino, el registro de RSP para cubrir y promover políticamente a su familia.