Región de Altas Montañas, posible refugio de esclavos africanos
- Planteó Ramón Moreno, investigador independiente, en su participación en el IV Coloquio Internacional Antropología, Historia y Arte en el Caribe
- Brenhis Xochihua y Alejandro Jiménez hablaron sobre la Danza de los Negritos, que relata la historia de un esclavo y su madre
POR: Paola Cortés Pérez
08/12/2023, Xalapa, Ver.- La región de las Altas Montañas del estado de Veracruz también fue refugio para los esclavos africanos que huían de los malos tratos que recibían en las haciendas azucareras, planteó Ramón Moreno Alvarado, investigador independiente, en su participación en la Mesa 7 “Afrodescendencia” del IV Coloquio Internacional Antropología, Historia y Arte en el Caribe.
El encuentro lo organizaron el Instituto de Antropología y la Facultad de Historia, ambas de la Universidad Veracruzana (UV), en el Salón Azul de la Unidad Académica de Humanidades.
Ramón Moreno presentó la ponencia “En busca del habla perdida. Geografía del idiolecto afromontañés en la narrativa oral rural en la zona de las Altas Montañas de Veracruz”, donde sostuvo que al realizarse un análisis de las expresiones y la variabilidad lingüísticas de algunas localidades de la zona montañosa, puede verse la similitud con algunas comunidades africanas asentadas en la costa del estado.
“Encontré que el habla de algunos lugares de la sierra es parecido al de Tlacojalpan, así que en este espacio no sólo habitaron los indígenas, sino que también fundaron sus comunidades los esclavos africanos.”
En tanto, Brenhis Daniel Xochihua García, egresado de la Facultad de Historia, y Alejandro Jiménez Méndez, estudiante de la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-Intercultural), sede Totonacapan, impartieron la charla “La ceremonia de la víbora en la Danza de los Negritos. La presencia afrocaribeña en la costa del Totonacapan”.
Alejandro Jiménez dijo que esta danza relata la historia de un joven esclavo africano, quien al ser enviado al monte a trabajar fue mordido por una víbora; su madre al enterarse de lo sucedido fue a auxiliarlo –junto con otros esclavos e indígenas–. Al ver que moriría, comenzó a realizar una ceremonia que consistía en un baile, canto y gritos alrededor del joven, que duró toda la noche. Los totonacos al quedar asombrados, comenzaron a imitarla y así se originó dicho baile.
“Dura de entre seis u ocho horas, aunque puede ser más el tiempo dependiendo de cada grupo de danzantes; sólo se baila en ocasiones especiales, pero cada vez se presenta menos porque se ha ido perdiendo, conforme son menos las personas que la conocen.”
Brenhis Daniel Xochihua dijo que es importante registrar y estudiar la danza porque muestra una parte de la historia de la llegada de los sones africanos, los cuales sólo los hacían de noche, después de las largas jornadas en los plantíos de caña.